miércoles, 3 de marzo de 2010

Dios bondadoso

DIOS BONDADOSO


Dios bondadoso

que conocemos por terceros

y eres asidero de desgracias,

hiciste a Eva compañera de Adán

- fuiste bueno en esa ocasión.


Porque Adán ya tenía

por casa el Paraíso,

sus necesidades cubiertas

y la compañía de todos los animales.


Pero estaba solo

y a lo mejor, para distraerse,

hablaría con su reflejo en el agua

o escucharía el eco de su voz en la montaña.


Lo tenía todo:

situación, vivienda, confort,

automóvil, velero, vacaciones en Hawai,

empleo fijo, pensión de jubilación...


Pero estaba solo

y aburrido

y había perdido el interés

por lo que tenía,

quizá porque necesitaba

que lo tuvieran a él.


Y tú, Dios

- fuiste bueno en esa ocasión -

le diste a Eva

formada de una de sus costillas.


La hiciste de él mismo,

de su propia materia,

para que la sintiese más suya

y necesitara más unirse a ella.


Ahora es diferente,

el mundo está repleto

de cuerpos sin costilla y de costillas sueltas

- es un verdadero maremágnum -

y cada cual, como puede,

busca el trozo que le falta de su puzle.


Por eso yo te pido,

Dios - que a veces eres bueno -:

¿No habría manera de señalar las piezas,

numerarlas, marcarlas,

buscar algún sistema de identificación

que facilitara emparejarlas?


Pedro Casas Serra (25-06-1992,03)

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