viernes, 19 de abril de 2013

"Alma errada" de Mario Quintana


Há coisas que a minha alma, já tão mortificada, não admite:
assistir novelas de TV
ouvir música Pop
um filme apenas de corridas de automóvei
uma corrida de automóvei num filme
um livro de páginas ligadas
porque, sendo bom, a gente abre sofregamente a dedo:
espátulas não há... e quem é que hoje faz questão de virgindades...
E quando minha alma estraçalhada a todo instante pelos telefones
fugir desesperada
me deixará aqui,
ouvindo o que todos ouvem, bebendo o que todos bebem,
comendo o que todos comem.
A estes, a falta de alma ão incomoda. (Desconfio até
que minha pobre alma fora destinada ao habitante de outro mundo).
E ligarei o rádio a todo volume,
gritarei como um possesso nas partidas de futebol,
seguirei, irresistivelmente, o desfilar das grandes paradas do Exército.
E apenas sentirei, uma que outra,
a vaga nostalgia de não sei que mundo perdido...

...

Num país de nostálgicos nevoeiros,
de paisagens em lenta mutação,
largarei de repente o meu bordão...
E hão de pasmar os outros caminheiros!

E andando como a lua nos outeiros
ao encontro da lenta procissão,
pousarias a mão na minha mão...
enamorados sempre... e sempre companheiros!

E diante de tão doces aparências
quem diria que em duas existências
nos separara o mundo - anos inteiros?

E, sentados à sombra de uns olmeiros,
trocaríamos falsas confidências...
cheias de sentimentos verdadeiros!

Mario Quintana (Baú de Espantos, 1986)


Alma equivocada

Hay cosas que mi alma, ya tan mortificada, no admite:
ver culebrones de televisión
oír música Pop
una película sólo de carreras de automóviles
una carrera de automóviles en una película
un libro con páginas unidas
porque, si es bueno, la gente las abre ávidamente con el dedo:
no hay abrecartas... y quién insiste hoy en virguerías...
Y cuando mi alma destrozada a todas horas por los teléfonos
huya desesperada
me dejará aquí,
oyendo lo que todos oyen, bebiendo lo que todos beben,
comiendo lo que todos comen.
A éstos, la falta de alma no los incomoda. (Incluso sospecho
que mi pobre alma estuviera destinada a un poblador de otro mundo).
Y conectaré la radio a todo volumen,
gritaré como un poseso en los encuentros de fútbol,
seguiré, irresistiblemente, el desfilar de las grandes paradas militares.
Y sólo sentiré, alguna vez,
la vaga nostalgia de no sé que mundo perdido...

...

En un país de nostálgicas nieblas,
de paisajes en lenta mutación,
soltaré de repente mi cayado...
¡Y he de asombrar a los otros caminantes!

Y andando como luna en los oteros
al encuentro de lenta procesión,
tu mano dejarías en mi mano...
enamorados siempre... y siempre compañeros!

Y frente de tan dulces apariencias
¿quién diría que en dobles existencias
nos separase el mundo - años enteros?

Y, puestos a la sombra de un olmedo,
cambiaríamos falsas confidencias...
¡llenas de sentimientos verdaderos!

Mario Quintana (Baú de Espantos, 1986)
(versión de Pedro Casas Serra)

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