miércoles, 15 de mayo de 2013

"Insônia" de Álvaro de Campos


Não durmo, nem espero dormir.
Nem na morte espero dormir.
Espera-me uma insónia da largura dos astros,
E um bocejo inútil do comprimento do mundo.
Não durmo; não posso ler quando acordo de noite,
Não posso escrever quando acordo de noite,
Não posso pensar quando acordo de noite —
Meu Deus, nem posso sonhar quando acordo de noite!
Ah, o ópio de ser outra pessoa qualquer!
Não durmo, jazo, cadáver acordado, sentindo,
E o meu sentimento é um pensamento vazio.
Passam por mim, transtornadas, coisas que me sucederam
— Todas aquelas de que me arrependo e me culpo;
Passam por mim, transtornadas, coisas que me não sucederam
— Todas aquelas de que me arrependo e me culpo;
Passam por mim, transtornadas, coisas que não são nada,
E até dessas me arrependo, me culpo, e não durmo.
Não tenho força para ter energia para acender um cigarro.
Fito a parede fronteira do quarto como se fosse o universo.
Lá fora há o silêncio dessa coisa toda.
Um grande silêncio apavorante noutra ocasião qualquer,
Noutra ocasião qualquer em que eu pudesse sentir.
Estou escrevendo versos realmente simpáticos —
Versos a dizer que não tenho nada que dizer,
Versos a teimar em dizer isso,
Versos, versos, versos, versos, versos…
Tantos versos…
E a verdade toda, e a vida toda fora deles e de mim!
Tenho sono, não durmo, sinto e não sei em que sentir.
Sou uma sensação sem pessoa correspondente,
Uma abstracção de autoconsciência sem de quê,
Salvo o necessário para sentir consciência,
Salvo — sei lá salvo o quê…
Não durmo. Não durmo. Não durmo.
Que grande sono em toda a cabeça e em cima dos olhos e na alma!
Que grande sono em tudo excepto no poder dormir!
Ó madrugada, tardas tanto… Vem…
Vem, inutilmente,
Trazer-me outro dia igual a este, a ser seguido por outra noite igual a esta…
Vem trazer-me a alegria dessa esperança triste,
Porque sempre és alegre, e sempre trazes esperança,
Segundo a velha literatura das sensações.
Vem, traz a esperança, vem, traz a esperança.
O meu cansaço entra pelo colchão dentro.
Doem-me as costas de não estar deitado de lado.
Se estivesse deitado de lado doíam-me as costas de estar deitado de lado.
Vem, madrugada, chega!
Que horas são? Não sei.
Não tenho energia para estender uma mão para o relógio,
Não tenho energia para nada, para mais nada…
Só para estes versos, escritos no dia seguinte.
Sim, escritos no dia seguinte.
Todos os versos são sempre escritos no dia seguinte.
Noite absoluta, sossego absoluto, lá fora.
Paz em toda a Natureza.
A Humanidade repousa e esquece as suas amarguras.
Exactamente.
A Humanidade esquece as suas alegrias e amarguras.
Costuma dizer-se isto.
A Humanidade esquece, sim, a Humanidade esquece,
Mas mesmo acordada a Humanidade esquece.
Exactamente. Mas não durmo.

Álvaro de Campos (heterónimo de Fernando Pessoa)


Insomnio


No duermo, ni espero dormir.
Ni en la muerte espero dormir.
Me espera un insomnio de la dimensión de los astros,
Y un inútil bostezo de la longitud del mundo.
No duermo; no puedo leer cuando me despierto por la noche,
No puedo escribir cuando me despierto por la noche,
No puedo pensar cuando me despierto por la noche —
¡Dios mío, ni siquiera puedo soñar cuando me despierto por la noche!
¡Ah, el ópio de ser cualquier otra persona!
No duermo, yazgo, cadáver despierto, sintiendo,
Y mi sentimiento es un pensamiento vacío.
Pasan por mí, revueltas, cosas que me sucedieron
— Todas aquellas cosas de las que me arrepiento y me culpo;
Pasan por mí, revueltas, cosas que no me sucedieron
— Todas aquellas cosas de las que me arrepiento y me culpo;
Pasan por mí, revueltas, cosas que no son nada,
Y hasta de esas cosas me arrepiento, me culpo, y no duermo.
No tengo fuerzas para tener energía para encender un cigarrillo.
Miro la pared de enfrente de la habitación como si fuera el universo.
Fuera hay el silencio de toda esa cosa.
Un gran silencio desconcertante en cualquier otro momento,
En cualquier otro momento en que yo lo pudiera sentir.
Estoy escribiendo versos realmente simpáticos —
Versos para decir que no tengo nada que decir,
Versos para insistir en decir eso,
Versos, versos, versos, versos, versos…
Tantos versos…
¡Y toda la verdad, y toda la vida fuera de ellos y de mí!
Tengo sueño, no duermo, siento y no sé en que sentir.
Soy una sensación sin la persona correspondiente,
Una abstracción de autoconciencia sin de qué,
Salvo el necesario para sentir conciencia,
Salvo — sé allá salvo el qué…
No duermo. No duermo. No duermo.
¡Qué gran sueño en la cabeza y sobre los ojos y en el alma!
¡Qué gran sueño en todo excepto en poder dormir!
Oh madrugada, tardas tanto… Ven…
Ven, inútilmente,
A traerme otro día como éste, para ser seguido por otra noche como ésta…
Ven a traerme la alegría de esa esperanza triste,
Porque siempre eres alegre, y siempre traes esperanza,
Según la vieja literatura de las sensaciones.
Ven, trae la esperanza, ven, trae la esperanza.
Mi cansancio entra por el interior del colchón.
Me duele la espalda de no estar acostado de lado.
Si estuviera acostado de lado me dolería la espalda de estar acostado de lado.
¡Ven, madrugada, llega!
¿Qué hora es? No sé.
No tengo energía para extender una mano hasta el reloj,
No tengo energía para nada, para nada más…
Que para estos versos, escritos el día siguiente.
Sí, escritos el día siguiente.
Todos los versos se escriben siempre el día siguiente.
Noche absoluta, sosiego absoluto, allá fuera.
Paz en toda la Naturaleza.
La Humanidad reposa y olvida sus penas.
Exactamente.
La Humanidad olvida sus alegrías y sus penas.
Suele decirse esto.
La Humanidad olvida, sí, la Humanidad olvida,
Incluso despierta la Humanidad olvida.
Exactamente. Pero no duermo.

Álvaro de Campos (heterónimo de Fernando Pessoa)
(Versión de Pedro Casas Serra)


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