jueves, 16 de mayo de 2013

"Reticências" de Álvaro de Campos


Arrumar a vida, pôr prateleiras na vontade e na ação.
Quero fazer isto agora, como sempre quis, com o mesmo resultado;
Mas que bom ter o propósito claro, firme só na clareza, de fazer qualquer coisa!

Vou fazer as malas para o Definitivo,
Organizar Álvaro de Campos,
E amanhã ficar na mesma coisa que antes de ontem — um antes de ontem que é sempre…
Sorrio do conhecimento antecipado da coisa-nenhuma que serei.
Sorrio ao menos; sempre é alguma coisa o sorrir…
Produtos românticos, nós todos…
E se não fôssemos produtos românticos, se calhar não seríamos nada.
Assim se faz a literatura…
Santos Deuses, assim até se faz a vida!

Os outros também são românticos,
Os outros também não realizam nada, e são ricos e pobres,
Os outros também levam a vida a olhar para as malas a arrumar,
Os outros também dormem ao lado dos papéis meio compostos,
Os outros também são eu.
Vendedeira da rua cantando o teu pregão como um hino inconsciente,
Rodinha dentada na relojoaria da economia política,
Mãe, presente ou futura, de mortos no descascar dos Impérios,
A tua voz chega-me como uma chamada a parte nenhuma, como o silêncio da vida…
Olho dos papéis que estou pensando em arrumar para a janela,
Por onde não vi a vendedeira que ouvi por ela,
E o meu sorriso, que ainda não acabara, inclui uma crítica metafisica.
Descri de todos os deuses diante de uma secretária por arrumar,
Fitei de frente todos os destinos pela distração de ouvir apregoando,
E o meu cansaço é um barco velho que apodrece na praia deserta,
E com esta imagem de qualquer outro poeta fecho a secretária e o poema…
Como um deus, não arrumei nem uma coisa nem outra…

Álvaro de Campos (heterónimo de Fernando Pessoa)



Reticencias

Organizar la vida, poner estanterías en la voluntad y la acción.
Quiero hacer ésto ahora, como siempre quise, con el mismo resultado,
¡Pero qué bien tener el claro propósito, firme sólo en la claridad, de hacer alguna cosa!
Voy a hacer las maletas para el Definitivo,
Organizar Álvaro de Campos,
Y mañana seré igual que anteayer - un anteayer que es siempre…
Sonrío del conocimiento anticipado de la ninguna-cosa que seré.
Al menos sonrío; sonreír siempre es algo…
Productos románticos, todos nosotros...
Y si no fuéramos productos románticos, a lo mejor no seríamos nada.
Así se hace la literatura…
¡Dios santo, así se hace hasta la vida!
Los otros también son románticos,
Los otros también no hacen nada, y son ricos y pobres,
Los otros también emplean la vida en observar para organizar las maletas,
Los otros también duermen al lado de los papeles medio compuestos,
Los otros también son yo.
Vendedora ambulante cantando tu pregón como un himno inconsciente,
Ruedecilla dentada en el mecanismo de la economía política,
Madre, presente o futura, de muertos en el descascararse de los Imperios,
Tu voz me llega como una llamada de ninguna parte, como el silencio de la vida…
Ojo de los papeles que estoy pensando en tirar por la ventana,
Por donde no vi la vendedora que oí por ella,
Y mi sonrisa, que aún continúa, incluye una crítica metafísica.
Abjuré de todos los dioses delante de un escritorio por ordenar,
Miré de frente todos los destinos por la distracción de oír pregonando,
Y mi cansancio es un barco viejo que se pudre en una playa desierta,
Y con esta imagen de cualquiera otro poeta cierro el escritorio y el poema...
Como un dios, no ordené ni una cosa ni otra…

Álvaro de Campos, en "Poemas" (heterónimo Fernando Pessoa)
(Versión de Pedro Casas Serra)

No hay comentarios:

Publicar un comentario