miércoles, 18 de diciembre de 2013

Lamento a un amigo sobre una pérdida

LAMENTO A UN AMIGO SOBRE UNA PÉRDIDA


He perdido el viento.


Ya sé que los vientos no se pierden,

que aparecen o desaparecen,

arrecian o amainan,

pero yo lo digo como lo siento:

he perdido el viento.


Conocí al viento casualmente

y paulatinamente

me fui habituando a él,

me agradaba su forma

de envolverme,

su ligereza, su frescura,

aunque aparentemente anárquico

era regular en sus presencias,

así

que empecé a esperar su llegada

y a lamentar su partida.


Hace algún tiempo

el viento empezó a fallar,

no venía con la misma

regularidad de antes,

lo que presagiaba

un cambio de dirección

que finalmente se produjo.

Y dejó de soplar.


Por eso

no te puede extrañar

que necesite desahogarme:

me falta el aire.


Ya sé que el viento es libre

como todo lo que vale la pena

en la naturaleza,

y que precisamente

por eso es valioso,

pero yo también soy libre

de desahogar mis sentimientos

que

aunque probablemente

tienen más que ver

con mi propia forma de ser

que con la falta del viento,

aún así

no me permiten dejar

de echarlo de menos.


Pedro Casas Serra (20-04-1995)

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