miércoles, 5 de febrero de 2014

Llanto sobre el Rhin

LLANTO SOBRE EL RHIN


........................I


¿No oís sus voces? Suenan airadas

apagando el eco de vuestras canciones.

Vienen en tropel, de todas partes

surgen emergiendo del lodo.


Mientras los días transcurren placenteros

acecha el monstruo y de sus fauces

brotan llamas que abrasan.

Miras y no ves sino desesperación.


¿Valía la pena tañer campanas?,

¿las palabras solemnes?, ¿los himnos marciales?

Los jardines con cruces no contestan,

con su dulce silencio resignado.


Si aún te quedan fuerzas, acércate al río,

métete en el agua, hunde tu cabeza

y reza una oración,

así probablemente conocerás la respuesta.


........................II


He visto saltar las techumbres

entre truenos de bombas y rojas llamaradas,

y a las gentes, como chinches,

abandonar sus casas.


Hoy suenan de nuevo las campanas

y enamorados enlazados

me contemplan: arcángel

al que un arzobispo anidó en su torre.


Cualquier día me echaré a volar,

yo también necesitado de otro

que imagino me aguarda

al otro lado del pináculo.


También yo necesito de su sangre

y de que sacie sus apetitos en mí,

mordisqueándome las alas

hasta alcanzar el orgasmo.


........................III


El río transcurre placentero

arrastrando indolente las barcazas,

entre viejos castillos

que ríen desdentados su soberbia.


Él da la razón a los niños

que chapotean desnudos sus orillas,

y a los enamorados que bajo los sauces

tienden mantas sobre las que yacer.


¡Que no crezcan esos niños dorados

que aparecen y desaparecen entre sus aguas!

¡Que no cesen los amantes en sus juegos!

¡Que no pase el tiempo!


Pues recordad esos días odiosos

en que bajo las botas

temblaban los puentes,

y aun las piedras lloraban.


Pedro Casas Serra (11-08-2003)

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