miércoles, 20 de enero de 2016

“LIÇÃO DE ESCURIDÃO” de Thiago de Mello (De Mormaço na Floresta, 1984)

LIÇÃO DE ESCURIDÃO

Caboclo companheiro meu de várzea,
contigo cada dia um pouco aprendo
as ciências desta selva que nos une.

Contigo, que me ensinas o caminho dos ventos,
me levas a ler, nas lonjuras do céu,
os recados escritos pelas nuvens,
me avisas do perigo dos remansos
e quando devo desviar de viés a proa da canoa
para varar as ondas de perfil.

Sabes o nome e o segredo de todas as árvores,
a paragem calada que os peixes preferem
quando as águas começam a crescer.
Pelo canto, a cor do bico, o jeito de voar.
identificas todos os pássaros da selva.
Sozinho (eu mais Deus, tu me explicas).
atravessas a noite no centro da mata.
corajoso e paciente na tocaia da caça,
a traição dos felinos não te vence.

Contigo aprendo as leis da escuridão,
quando me apontas na distância da margem,
viajando na noite sem estrelas,
a boca (ainda não consigo ver) do Lago Grande
de onde me fui pequenino e te deixei.

De novo no chão da infância,
contigo aprendo também
que ainda não tens olhos para ver
as raízes de tua vida escura,
não sabes quais são os dentes que te devoram
nem os cipós que te amarram à servidão.

Nos teus olhos opacos
aprendo o que nos distingue.
Já repartes comigo a ciência e a paciência.
Quero contigo repartir a esperança,
estrela vigilante em minha fronte
e em teu olhar apenas um tição
encharcado de engano e cativeiro.

(Barreirinha, 1981.)

Thiago de Mello, Mormaço na floresta, 1981.

LECCIÓN DE OSCURIDAD

Caboclo, compañero mío de ribera,
contigo aprendo cada día un poco
sobre las ciencias de esta selva que nos une.

Contigo, que me enseñas el camino de los vientos,
me llevas a leer, en la lejanía del cielo,
los recados escritos por las nubes,
me avisas del peligro de los remolinos
y cuándo debo desviar de reojo la proa de la canoa
para pasar las olas de perfil.

Conoces el nombre y el secreto de todos los árboles,
el callado paraje que prefieren los peces
cuando las aguas empiezan a crecer.
Por su canto, el color de su pico, su forma de volar,
identificas a todos los pájaros de la selva.
Tú en solitario (Dios y yo, me dices),
atraviesas la noche en medio de la selva,
corajudo y paciente en el acecho de la caza,
no te vence la traición de los felinos.

Contigo aprendo las leyes de la oscuridad,
cuando me apuntas en la distante orilla,
viajando en la noche sin estrellas,
la boca (que aún no consigo ver) del Lago Grande
de donde me fui de pequeño y te dejé.

De nuevo en la tierra de mi infancia,
contigo también aprendo
que no tienes aún ojos para ver
las raíces de tu oscura vida,
no sabes cuáles son los dientes que te devoran
ni las lianas que te amarran a la servidumbre.

En tus ojos opacos
aprendo lo que nos distingue.
Ya compartes conmigo la ciencia y la paciencia.
Yo quiero compartir contigo la esperanza,
estrella vigilante en mi frente
y en tu mirar sólo un tizón
encharcado de engaño y cautiverio.

(Barreirinha, 1981.)

Thiago de Mello, Bochorno en la selva, 1981.
(Versión de Pedro Casas Serra)

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