sábado, 30 de enero de 2016

“O SILÊNCIO DA FLORESTA” de Thiago de Mello (De Num Campo de Margaridas, 1986)

O SILÊNCIO DA FLORESTA

Tem consistência física,
espessamente doce,
o silêncio noturno da floresta.
Não é como o do vento e vastidão,
cujos dentes de neve
morderam a minha solidão.
Nem como o silêncio aterrador
(no seu âmago o tempo brilha imóvel)
do deserto chileno de Atacama,
onde, um entardecer,
estirado entre areia e pedras,
escutei cheio de assombro
o latir do meu próprio coração.

O silêncio da floresta é sonoro:
os cânticos dos pássaros da noite
fazem parte dele, nascem dele,
são a sua voz aconchegante.

Sozinho no centro da noite amazônica,
escuto o poder mágico do silêncio,
agora quando os pássaros
conversam com as estrelas,
e recito silenciosamente
o nome lindo da mulher que eu amo.
Thiago de Mello, Num campo de margaridas, 1986.
EL SILENCIO DE LA SELVA

Tiene consistencia física,
dulcemente espesa,
el silencio nocturno de la selva.
No es cómo el del viento y la inmensidad,
cuyos dientes de nieve
mordieron mi soledad.
Ni como el silencio aterrador
(el tiempo brilla inmóvil en su centro)
del desierto chileno de Atacama,
donde, un atardecer,
tumbado entre arena y piedras,
escuché lleno de asombro
el latir de mi propio corazón.

El silencio de la selva es sonoro:
los cantos de los pájaros de la
noche forman parte de él, nacen de él,
son su voz reconfortante.

Solo en el centro de la noche amazónica,
escucho el mágico poder del silencio,
ahora que los pájaros
conversan con las estrellas,
y recito silenciosamente
el lindo nombre de la mujer que amo.

Thiago de Mello, En un campo de margaritas, 1986.
(Versión de Pedro Casas Serra)

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